Como marca la tradición, cada mañana del 24 de junio las tres Móndidas tienen el mandato de recitar sus Cuartetas en la Plazuela.
Tras “pingar el mayo”, todo el pueblo expectante toma posiciones para escuchar y sentir cada verso que las Móndidas tienen preparado. Y que tras el silencio pandémico de los dos años anteriores, esta ocasión tenía una emotividad especial.
Todas ellas comenzaron homenajeando con afectivas palabras a los que ya no están. Y recordando la dureza de la situación que estos años atrás nos ha tocado lidiar. Pero agradeciendo también las grandes dosis de responsabilidad, esfuerzo y solidaridad que todos los sampedranos destinaron para unidos, superar esta pandemia.
Hablaron de emprendimiento, en especial del rural, que tanta población fija en estas tierras y tanta riqueza crea. Y del asociacionismo que tanto impulsa nuestros municipios y despoblados, como la Asociación de Amigos de Sarnago. Que con esmero y trabajo, se dedican a reconstruir y repoblar para volver a formar hogar.
Las raíces y los motivos personales de cada Móndida para tomar la valiente decisión de su ofrecimiento voluntario para protagonizar las fiestas, fueron unas estrofas muy aplaudidas.
Aprovechando también para manifestar la necesidad vital de que las jóvenes sampedranas alcen su voz y tomen el relevo en los años sucesivos. Y así poder mantener viva está tradición, estas Fiestas declaradas de Interés Turístico Nacional.
Dedicación especial también para todas las personas que contribuyen al desarrollo e impulso de las Fiestas: vestidoras, preparadores de la hoguera, cestaños y rosquillos, pasadores, equipo municipal y sampedranos en general.
Al finalizar las tres cuartetas, uno de los momentos más esperados: el Baile de la Jota; con cada integrante de la Corporación Municipal. Culminando así esta emotiva y calurosa mañana de San Juan en San Pedro Manrique.
